Película del año 2010.
Cuenta tres historias paralelas hasta que finalmente se unen estableciendo una
conexión entre ellas. Los protagonistas de cada una de las historias son, George
Lonegan (Matt Damon) es un médium aunque comunicarse con los muertos lo
considera una maldición; Marie (Cécile de France) ha vivido una experiencia
cercana a la muerte en el tsunami del año 2004 en el sureste asiático; y Marcus
(George/Frankie Mclaen), es el hijo de una drogadicta, que pierde a su hermano
gemelo Jason en un accidente y busca a una persona para que comunique con él.
Las historias suceden en
tres lugares distintos, George en Estados Unidos, Marie en Francia y Marcus en
Gran Bretaña, hasta que al final se encuentran las tres en un punto central, la
ciudad de Londres.
A George acuden personas
para hablar con familiares fallecidos, Marie está cada vez más decepcionada
porque nadie le quiere publicar su libro sobre la experiencia que vivió en Asia
y Marcus es engañado una y otra vez por falsos médiums.
Son tres personajes desesperados,
tristes y cansados, solitarios y que no encuentran su sitio en la vida, hasta al
final se encuentran…
La crítica, al ver el tema
dramático algo fantástico que presenta la película, no se creía que Eastwood
fuese capaz de realizar una película de esas características tan sentimentales,
no solo una película, sino una buena película. Aunque el director ya había
demostrado su buen hacer en películas de este estilo como Los puentes de Madison.
El drama de tres personajes
se une por el destino, para que el sufrimiento inicial de todos los personajes
vaya evolucionando hasta el final, en el que están más presentes los buenos
sentimientos.
Es una evolución en el
veterano cineasta, que abandona sus clásicos temas de western y policiacos,
aunque este cambio ya se ve viendo en la época desde los años noventa. Además
este film presenta un acercamiento al tema de la muerte, tratado en todo
momento, en como está presente en nuestras vidas, por la cercanía con la que la
sentimos en diferentes acciones y por lo presente que tenemos a familiares
fallecidos.
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